MARTA Y
JORGE : QUE TRISTE, QUE TRISTE, QUE TRISTE
Conocí a
Marta en 1962 en la Facultad de Ciencias Económicas. Y recién ingresaba y ella
cursaba el tercer año , teniendo la reputación de ser la alumna más brillante
de su generación. Nuestro primer encuentro fue tormentoso. A ella le había
caído mal una frase mía, que juro no recordar, que había interpretado
incorrectamente de una manera muy desfavorable hacia ella. Yo le expliqué lo
que realmente había querido decir, y reconocí que la frase admitía la otra
interpretación por lo que aún no habiendo sido esa mi intención correspondía que le pidiera
disculpas. Ese gesto me ganó el corazón de Marta, que desde entonces fue siempre
favorable a mí. Fuimos mejores amigos todo el tiempo. No de esos amigos que se
ven todos los días, pero sí de esos amigos que sabemos que están allí y a los
cuales recurrimos en nuestros momentos de tristeza o con los cuales compartimos
una alegría seguros de que la disfrutarán tanto como nosotros mismos.
Marta
sufría de una serie de problemas, que no debo ni puedo revelar, que hacían que
tuvieran frecuentes crisis depresivas. Yo solía sacarla de ellas y una de las frases favoritas que ejercía
un efecto mágico sobre su estado de ánimo
era la del título, extraída de la obra QUIEN LE TEME A VIRGINIA WOLF DE ALBEE
que habíamos visto juntos varias veces, encandilados con el texto y con las
fabulosas interpretaciones de DAHD SFEIR Y CLAUDIO SOLARI. Yo en aquel entonces
sabía decir la frase con la entonación precisa que le había dado la inmortal
DUCHO. ( como todavía sé decir TE JURO STANLEY QUE HAY VECES QUE ME ASOMBRAS …….ME ASOMBRAS… de EJERCICIO PARA CINCO
DEDOS con la entonación precisa que le
había dado la también inmortal CHINA ZORRILLA, una imitación aprobada por ella
misma que me había obligado a hacerla en su presencia )
Pasaron
los años, yo me recibí de Contador y me fui a vivir a Buenos Aires uniendo lo útil
a lo agradable ya que culturalmente
entonces Buenos Aires era Paris para los uruguayos y buscando las oportunidades
de empleo que en el Uruguay recesivo y neoliberal avant la lettre de los años
68 habían dejado de existir.
Concocí
allí de forma puramente accidental a JORGE, 12 años mayor que yo, también Contador
que estaba disfrutando de un prematuro retiro proporcionado por una ley votada
especialmente para que él se jubilara, porque estaba molestando en su cargo en
la Intendencia ya que era honesto y no dejaba robar en paz. Tuvo suerte. Años
después en vez de jubilarlo lo hubieran matado.
Jorge
pasó a ser mi mejor amigo en Argentina y como gracias a mí conoció desde
adentro a RIO DE JANEIRO , ya que fue a visitarme y quedó deslum brado ( más
inclsuive que yo ) con esa ciudad y paso a vivir 4 meses por año en ella, fue también
mi mejor amigo en Brasil.
Curiosamente
MARTA y JORGE nunca llegaron a conocerse
más que de nombre.
El
destino ha querido que perdiera a los dos en el mismo mes. Un golpe duro para
mí ya que es como si una parte de mi vida se hubiera borrado. Y , gran ironía
del destino, ahora puedo decir con
propiedad
MARTA Y
JORGE, QUE TRISTE,QUE TRISTE ,QUE TRISTE