QUIZAS MI MENTE SE ESTE PREPARANDO PARA EL JUICIO
FINAL- Y HONESTAMENTE NO CREO SER UN CASO PERDIDO.
A medida que la fecha clave se aproxima
inexorablemente, la pregunta aparece con mayor frecuencia en mi mente.
Es que hay algo más que lo que mis sentidos perciben ¿?
Es que hay un futuro escondido tras lo que parece ser el final de todo ¿? O es
que simplemente me apagaré como una
llama que ha consumido todo el combustible y viviré tan solo en el recuerdo de
las personas que me conocieron, hasta que ellas también sufran mi misma suerte ¿?
Cual es sentido de los largos años de lucha, de
sacrificio inclusive por mejorar, por aprender, por crear una base material que
dé amparo a mi vida, cuando de repente todo ello desaparecerá y perderá sentido
¿?
Antes veía todo esto con amargura con rebelión y con
un profundo temor. Llegué inclusive en algún período de mi vida a sentir un odio
irracional hacia mis padres porque sentía que me habían dado la vida y con ello
me habían condenado a morir, y la sádica consciencia de vivir toda una vida
pensando que el final está allí a la vuelta de la esquina.
Todos sentimos pena de las personas que murieron jóvenes
( yo conozco y he querido mucho a personas que murieron con 40 con 50 años )-
Pero me pregunto qué diferencia hay entre ellos y nosotros ¿? Que hemos hecho, que podíamos hacer en
estos 20, 30, 40 años de vida adicional que el azar nos ha otorgado, por
hermosos que ellos hayan sido ( y no vacilo en confesar que los años más
felices de mi vida han sido desde los 40 hasta hoy ) QUE ALTERE LA VERDAD
FUNDAMENTAL DE QUE HEMOS DE DEJAR DE EXISTIR Y NO RECORDAREMOS SIQUIERA UN
MINUTO DE LO QUE HAYAMOS VIVIDO .
Es muy posible volverse loco pensando en este tema.
Yo pasé mis buenos años de terror y angustia desde que a los 5 años cobré
conciencia de como era esto de vivir y morir, hasta que de pronto – no hace más
de 20 años- abracé el fatalismo total que algún filósofo quizás calificaría de
nihilismo. Y el razonamiento salvador ha
sido percibir que si bien no estaré para recordar
nada de lo que he vivido, de lo que he aprendido, tampoco estaré para
lamentarme, para dolerme por ello.
Un filósofo planteó una vez que LA UNICA DUDA
FILOSOFICA QUE ENFRENTA UN SER HUMANO ES SI DEBE SUICIDARSE O NO.
Y quizás la respuesta lógica a esa duda debería ser
SI- Deberíamos quizás todos los seres humanos morir para que nadie más naciera
y por ende nadie más muriera. SERIA NUESTRA VICTORIA DEFINITIVA Y FINAL SOBRE LA MUERTE.
Claro, hay otra respuesta. Están los que consiguen
creer en DIOS EL ALMA INMORTAL LA VIDA
ETERNA.
Que bello consuelo que es pensar que todo esto que
vemos es tan solo una ilusión pasajera y que hay después un mundo real que nos
espera ¿?
Yo envidio de todo corazón a los que creen en todo esto
y daría cualquier cosa por ser uno de ellos.
Pero no puedo. Mi mente constantemente me repite que
todo eso es un hermoso cuento de hadas para esconder la realidad, dejar de ver
el destino real que nos espera.
Y elijo la más cobarde de las posiciones. Le permito
a mi corazón que crea que se emocione y se ilusione con esa bella realidad
impalpable. Y dejo que mi mente lo desmienta y lo ataque a diario.
Es por eso que me autotitulo AGNOSTICO ( que como
dice un amigo mío muy sarcástico es la posición de todo ateo que no tiene pel…..para
admitir que se va a morir y va a dejar de existir)
Yo como agnóstico puedo ir a la Iglesia, seguir sus
ritos, hablar con los sacerdotes ( de hecho me he hecho una razonable amistad
con los párrocos de la Iglesia del Carmen en BA y de la Iglesia de los Vascos
en Montevideo , y de varios fieles ) un poco con la actitud de ser una suerte
de “ estado libre asociado “ que concurre a dichos ritos cuando y como quiere
no por obediencia a un precepto sino por simple pura voluntad y porque me sale
del alma.
Yo creo que si Dios por ventura existe, verá con
agrado mi actitud de someterme por humildad a ciertos ritos en los cuales en el
fondo no creo, especialmente siendo como creo ser ( y sé que no me equivoco )
una persona esencialmente buena, que nunca ha hecho daño a nadie a sabiendas y que nunca ha podido
odiar a nadie más de 24 hs consecutivas.
He sido sí bastante egoísta con mis bienes materiales
( no con mi tiempo y con mi disposición a escuchar , comprender , ayudar ) : No
es que nunca haya sido materialmente generoso. Lo he sido y hasta posiblemente
en una medida mayor de lo normal, PERO LO HE HECHO SIN ALEGRIA, LO HE HECHO
CONSCIENTE DE LA RENUNCIA QUE IMPLICABA Y CREYENDO QUE ERA MI DEBER HACERLO.
Aunque una vez más, si lo pienso desde una óptica
religiosa, quizás sea mayor el mérito de dar sin sentir la alegría de hacerlo
como la sentiría un santo y sí sintiendo el pesar por lo que implica de renunciación.