jueves, 25 de abril de 2019

LAMENTO COMUNICAR QUE ESTOY PASANDO POR UN MAL PERIODO DE SALUD.




Todo comenzó con la quimioterapia  iniciada el 16.4.19 que consiste en varias sesiones de   aplicación de una droga inyectable y la toma de una serie de pastillas que se advierte pueden provocar graves efectos gastrointestinales.
Las pastillas me han pegado con todo.
Tengo inapetencia total, asco por  la mayor parte de las comidas  y una diarrea liquida casi constante.
De resultas de ello como poco y nada y lo poco que como lo evacúo.
Como consecuencia  estoy muy débil, he perdido 6 kgs. de peso en una semana. Me siento débil y cansado y tengo intermitentes episodios de dolores en el pecho y falta de aire.
Duermo muy poco y de resultas de ello estoy todo el día con sueño. Me quedo dormído a cualquier hora y lugar.
Y no tengo ganas de hacer nada. Prefiero quedarme quieto y semi dormido.
Recien hoy voy a ver un médico en Montevideo, algo que he venido evitando  por temor a que me internen y ello dificulte un trámite financiero de capital importancia que necesito llevar a cabo para no colapsar financieramente.
Quizá haya que suspender el tratamiento, algo que no me hace nada feliz porque significa darle piedra libre al cáncer.
Espero reganar pronto el control sobre mi ,mismo y mi espíritu y recuperar mi estado de ánimo positivo que hoy está bastante abalado.
EN LA MEDIDA DE LO POSIBE LOS MANTENDRE INFORMADOS

sábado, 6 de abril de 2019

UNA REFLEXION PESIMISTA


QUIZAS MI MENTE SE ESTE PREPARANDO PARA EL JUICIO FINAL- Y HONESTAMENTE NO CREO SER UN CASO PERDIDO.

A medida que la fecha clave se aproxima inexorablemente, la pregunta aparece con mayor frecuencia en mi mente.
Es que hay algo más que lo que mis sentidos perciben ¿? Es que hay un futuro escondido tras lo que parece ser el final de todo ¿? O es que simplemente me apagaré  como una llama que ha consumido todo el combustible y viviré tan solo en el recuerdo de las personas que me conocieron, hasta que ellas también sufran mi misma suerte ¿?
Cual es sentido de los largos años de lucha, de sacrificio inclusive por mejorar, por aprender, por crear una base material que dé amparo a mi vida, cuando de repente todo ello desaparecerá y perderá sentido ¿?
Antes veía todo esto con amargura con rebelión y con un profundo temor. Llegué inclusive en algún período de mi vida a sentir un odio irracional hacia mis padres porque sentía que me habían dado la vida y con ello me habían condenado a morir, y la sádica consciencia de vivir toda una vida pensando que el final está allí a la vuelta de la esquina.
Todos sentimos pena de las personas que murieron jóvenes ( yo conozco y he querido mucho a personas que murieron con 40 con 50 años )- Pero me pregunto qué diferencia hay entre ellos y nosotros  ¿? Que hemos hecho, que podíamos hacer en estos 20, 30, 40 años de vida adicional que el azar nos ha otorgado, por hermosos que ellos hayan sido ( y no vacilo en confesar que los años más felices de mi vida han sido desde los 40 hasta hoy ) QUE ALTERE LA VERDAD FUNDAMENTAL DE QUE HEMOS DE DEJAR DE EXISTIR Y NO RECORDAREMOS SIQUIERA UN MINUTO DE LO QUE HAYAMOS VIVIDO .
Es muy posible volverse loco pensando en este tema. Yo pasé mis buenos años de terror y angustia desde que a los 5 años cobré conciencia de como era esto de vivir y morir, hasta que de pronto – no hace más de 20 años- abracé el fatalismo total que algún filósofo quizás calificaría de nihilismo.  Y el razonamiento salvador ha sido   percibir que si bien no estaré para recordar nada de lo que he vivido, de lo que he aprendido, tampoco estaré para lamentarme, para dolerme por ello.
Un filósofo planteó una vez que LA UNICA DUDA FILOSOFICA QUE ENFRENTA UN SER HUMANO ES SI DEBE SUICIDARSE O NO.
Y quizás la respuesta lógica a esa duda debería ser SI- Deberíamos quizás todos los seres humanos morir para que nadie más naciera y por ende nadie más muriera. SERIA NUESTRA VICTORIA DEFINITIVA Y FINAL  SOBRE LA MUERTE.
Claro, hay otra respuesta. Están los que consiguen creer en DIOS  EL ALMA INMORTAL LA VIDA ETERNA.
Que bello consuelo que es pensar que todo esto que vemos es tan solo una ilusión pasajera y que hay después un mundo real que nos espera ¿?
Yo envidio de todo corazón a los que creen en todo esto y daría cualquier cosa por ser uno de ellos.
Pero no puedo. Mi mente constantemente me repite que todo eso es un hermoso cuento de hadas para esconder la realidad, dejar de ver el destino real que nos espera.
Y elijo la más cobarde de las posiciones. Le permito a mi corazón que crea que se emocione y se ilusione con esa bella realidad impalpable. Y dejo que mi mente lo desmienta y lo ataque a diario.
Es por eso que me autotitulo AGNOSTICO ( que como dice un amigo mío muy sarcástico es la posición de todo ateo que no tiene pel…..para admitir que se va a morir y va a dejar de existir)
Yo como agnóstico puedo ir a la Iglesia, seguir sus ritos, hablar con los sacerdotes ( de hecho me he hecho una razonable amistad con los párrocos de la Iglesia del Carmen en BA y de la Iglesia de los Vascos en Montevideo , y de varios fieles ) un poco con la actitud de ser una suerte de “ estado libre asociado “ que concurre a dichos ritos cuando y como quiere no por obediencia a un precepto sino por simple pura voluntad y porque me sale del alma.
Yo creo que si Dios por ventura existe, verá con agrado mi actitud de someterme por humildad a ciertos ritos en los cuales en el fondo no creo, especialmente siendo como creo ser ( y sé que no me equivoco ) una persona esencialmente buena, que nunca ha hecho daño  a nadie a sabiendas y que nunca ha podido odiar a nadie más de 24 hs consecutivas.
He sido sí bastante egoísta con mis bienes materiales ( no con mi tiempo y con mi disposición a escuchar , comprender , ayudar ) : No es que nunca haya sido materialmente generoso. Lo he sido y hasta posiblemente en una medida mayor de lo normal, PERO LO HE HECHO SIN ALEGRIA, LO HE HECHO CONSCIENTE DE LA RENUNCIA QUE IMPLICABA Y CREYENDO QUE ERA MI DEBER HACERLO.
Aunque una vez más, si lo pienso desde una óptica religiosa, quizás sea mayor el mérito de dar sin sentir la alegría de hacerlo como la sentiría un santo y sí sintiendo el pesar por lo que implica de renunciación.