sábado, 10 de septiembre de 2016

UNA CITA IMPREVISTA CON MI PASADO

UNA CITA IMPREVISTA CON MI PASADO

Procurando mantener dentro de límites razonables mi peso corporal y mi presión arterial he retomado recientemente mis caminatas diarias. Trato de caminar unos 5,5 km diarios que creo no está nada mal para una persona de 73 parcialmente tullida por la quimioterapia  ( camino con la sensación de que lo hago subido a un par de zancos y que en cualquier momento me caigo )
En Monteideo esa tarea es agradable porque vivo a 7 cuadrs de la Rambla y siempre es más bonito caminar sintiendo el aire del mar ( como a los uruguayos nos gusta llamar al Rio de la Plata, que  en realidad no es ni rio ni mar sino un estuario, con mayor % de agua salada del lado uruguayo ). Pero hay días en que el frío y el viento hacen que esto sea imposible.
Para esos días he desarrollado una técnica de paseo “ aleatorio “ que hace que nunca sepa de antemano cual es el recorrido y adonde me llevaran los 2,7 km de ida  antes de emprender el retorno.
El método es el siguiente : cuando llego a un cruce de dos calles , yo cruzo aquella que tiene el semáforo en verde, sea la calle por la que venía caminando o la otra. Por ende no hay dos días que haga el mismo camino.
Ayer este sistema me brindó una sorpresa porque la combinación de semáforos me depositó en la cuadra donde hay un edificio de deptos. que tiene una importancia histórica en mi vida.
Cuando yo tenía 20 años y se produjo mi ingreso a la FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS para iniciar mis estudios, mi situación económica era más bien afligente. Tenía en verdad un empleo que muchos podrían envidiar, con un sueldo que para mi edad era inusual y sobre todo con un horario poco menos que ideal : de 13 a 19,30 dejándome la mañana y la noche libres para estudiar. Pero habiendo perdido a mi padre que era el sosten del hogar, mi madre y yo nos veíamos en  apuros para llegar a fin de mes y teníamos que practicar un estilo de vida austero. Esto se agravó cuando mi hermana no tuvo más remedio que dejar a su esposo y venirse a vivir con nosotros por una serie de causas de fondo que no es del caso ventilar. Mi grupo familiar se componía entonces de 3 mayores y dos niños y si bien los 3 mayores  aportábamos a la casa, el dinero escaseaba. Nos salvaba la Ley de alquileres uruguaya que había congelado los alquileres en valores ridículos en perjuicio de los propietarios. Vivìamos en la trastienda , bastane inhospita y muy deteriorada por el tiempo, del local comercial que otrora fuera la ferretería de mi padre. El negocio tuvo que ser cerrado como consecuencia de un fallo judicial que determinaba que si había un negocio funcionando en el local, cesaba de ser aplicable la Ley de Alquileres. Y era más convenietne perder la renta del negocio que pasar a pagar el alquiler no congelado, que superaría a la suma de los aportes de los tres adultos que vivíamos allí, mientras el valor congelado no pasaba del 20% de ello. Esto introducía un permanente peligro en nuestras vidas, porque la Ley de alquileres estaba vencida y todos los años en la última semana del año la Camara de Diputados y la de Senadores discutían qué hacer, con la derecha reclamando airadamente que se cancelara la Ley , pero siempre se llegaba a la solución salomónica de prorrogar la ley un año más.
Mi casa , entonces era un lugar poco apropiado para estudiar con alguien y yo estaba condenado a estudiar con gente que pudiera ofrecer su casa o simplemente estudiar en soledad.
Quiso el destino, que siempre me favorece cuando la sangre está por llegar al río, que el mismo dia que me inscribí en la Facultad conociera a JM . JM era unos 3 años mayor que yo pero parecía mucho más mayor porque tenía una vida social y una experiencia de vida muy superior a la mía. Desde un primer momento se hizo evidente  que seríamos amigos, pero además que estudiaríamos juntos. JM estaba en una situacion bien mejor que la mía , si bien tampoco era rico. Para empezar tenía un cargo  público ( ganado por concurso ) con un horario más generosos aún que el mío , y con algunas ventajas adicionales como días libres por examenes , ya que al Ente estatal para el que él trabajaba le interesaba que se recibiera, mientras para el Banco para el que yo trabajaba le importaba un comino.
JM tenía además una situación familiar más sencilla que la mía. Hijo de padres divorciados, su madre era muy culta y tenía un alto cargo adminsitrativo en una institución privada de enseñanza y tenía además una hermana menor que todavía no tenía edad para trabajar. Y para colmo de bienes, vivía a unas 7 cuadras de la Faultad.
Su casa fue entonces el lugar de estudio. Había días que debíamos partir directamente de casa a la Facultad y de allí correr a nuestros trabajos. En esos días la madre, que era extremamente generosa, nos dejaba comida preparada para comer en su casa sin improtarle que yo no fuera de la familia. Con el tiempo más bien me hice de la familia y su madre tuvo un cariño por mí que conservó hasta el último día de su vida, lo cual hacía que aun viviendo yo en Rio y ella en Montevideo nos visitáramos unas 4 veces por año  cuando alguno de los dos viajaba.
JM era algo más perezoso para estudiar que yo, quizás porque no tenía tanta desesperación por recibirse como yo. Yo sabía que estaba corriendo una carrera contra el tiempo y que en cualquier momento mi situación familiar me iba a obligar a dejar los estudios para conseguirme otro trabajo para apuntalar la caja de mi familia ( en realidad yo estudié los dos últimos años de la carrera  trabajan do en 3 lugares : el Banco, la Universidad donde comencé a dar clases prácticas  de Administración de Emrpesas Hospitalares y de Seguros, y la UTU , Universidad del Trabajo del Uruguay ,donde fui profesor de Matemáticas ) o peor aún que finalmente se derogara la Ley de Alquileres y nosotros tuviésemos que mudarnos vaya uno a saber donde.- De allí que yo fuera el disciplinador y JM el  seductor, ya que con el tiempo había aprendido a conocer mis puntos flacos y constantemente me tentaba con interrupciones para escuchar un disco de Opera o simplemente para caminar por el Parque Rodó que quedaba a pocas cuadras.
Algunos amigos creen que fue mi determinación  de seguir adelante la que hizo que JM se recibiera en 6 años , nada mal para una carrera de 5 , pero la verdad es la contraria. Yo le debo a JM la velocidad con la que me recibi y le estaré agradecido de por vida.  El me dió las posibilidades materiales de estudiar a todo trapo y con comodidad y ( en una casa pequeña donde viven hacinadas 5 personas , 2 de ellas niñios chicos, es imposible estudiar ) pero por sobre todas las cosas involuntariamente me permitió no darme cuenta del sacrificio que estaba haciendo, porque estaba demasiado ocupado haciéndolo estudiar a él.
Hacía entonces fácil 30 años que no pasaba por la puerta de aquel edificio, que no ha cambiado gran cosa. Pero hay un cambio radical en la vecindad :se ha trasladado allí la FACUTLAD DE CVIENCIAS ECONOMICAS, que antes era en la planta baja de la Universidad de la Republica, siendo la Planta Alta de la Facultad de Abogacía. Y se está construyendo un enorme edificio moderno que albergará la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
El lugar se ha poblado de librerías, puestos que ofrecen fotocopias, kioskos, bares y restaurantes., cuando antes  era un barrio vecinal super tranquilo.


Volví a casa feliz de la coincidencia. Es como si hubiera visitado a un viejo ser querido.

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